La popularidad del café es incesante, cada año esta industria encuentra nuevas formas de aumentar la producción. Este hecho que a priori puede ser positivo para todo el sector, trae consigo algunos aspectos negativos relativos al medioambiente y al mantenimiento de los ecosistemas de los distintos orígenes cafeteros.
La deforestación es un hecho hoy en día, el café comercial cada año necesita más hectáreas de suelo cultivable y esto genera un impacto irreversible en el equilibro de cada ecosistema. A pesar de las soluciones más directas, es vital buscar nuevos métodos de producción cuyo impacto ambiental se reduzca lo máximo posible.
En el artículo de hoy os traemos un comienzo, este proyecto sienta las bases de lo que podría ser un nuevo método de producción no agrícola a largo plazo. Imagina poder producir café genuino sin necesidad de cultivar una planta. ¡Vamos allá!
El proyecto
Un grupo de investigadores del Centro de Investigación Técnica de Finlandia (VTT) ha logrado producir células de café mediante la agricultura celular. Para ello han empleado biorreactores donde ha sido posible desarrollar células de café. Seguramente te estés preguntando «¿qué son los biorreactores?» si es así, te lo explicamos.
Los biorreactores son básicamente recipientes con condiciones ambientales controladas y propicias para el crecimiento de organismos. Estas condiciones son: temperatura, pH, oxigenación, concentración de gases (O2/CO2), presión, agitación, entre otras.
Gracias a la agricultura celular es posible cultivar y producir sustancias de origen vegetal e incluso animal.
Lo que este grupo de investigadores logró fue producir células de café indiferenciadas en biorreactores. Tras esto, fueron recogidas y secadas dando como resultado un polvo vegetal. Los investigadores buscaron la colaboración de profesionales en el tueste de café para tostar y perfeccionar el método, esto dio como resultado una bebida como sabor y aroma a café que fue probado por el propio equipo y un panel de catadores especializados.
No es sintético
La agricultura celular no precisa ningún proceso químico añadido a los que se desarrollan mediante un cultivo convencional. Se trata de cambiar drásticamente el medio donde se desarrollan las células vegetales. Este motivo puede suscitar recelo frente a un futuro consumidor, no creemos que esto sea un factor que se resista a una adecuada educación al consumidor final.
En la actualidad, toda sustancia de café producida en condiciones de laboratorio se considera como un «alimento experimental» y todavía precisa de un marco legal que lo regule así como estudios sobre su futura viabilidad y calidad nutricional.
¿Cómo sabe este café?
Hay que tener en cuenta que todo esto se trata de un «primer paso». Además, recordemos que el café es un alimento complejo en cuanto a cultivo, procesado, tueste y preparación. Por esto, ese primer café de laboratorio estaba destinado a no saber como un café vegetal al uso.
En palabras del Heiko Rischer, director del equipo de investigación:
“En términos de olfato y sabor, nuestro panel sensorial capacitado y el examen analítico encontraron que el perfil de la infusión tenía similitudes con el café común. Sin embargo, la preparación del café es un arte e implica una optimización iterativa bajo la supervisión de especialistas con equipos dedicados»
A modo de conclusión
Este método de producción tiene un gran potencial una vez se haya desarrollado y comprobado su viabilidad. A priori, no parece que tenga el potencial suficiente para sustituir a la caficultura tradicional, sin embargo, para la producción de alimentos en los que el café supone un ingrediente más puede ser muy beneficioso.
Medidas como esta pueden favorecer el impacto medioambiental y social que genera la producción de café a nivel mundial consumiendo menos recursos que los necesarios en la actualidad. Quien sabe si en un futuro el «café de laboratorio» participe en campeonatos del mundo de cata y otras disciplinas del café de especialidad.