Este país se ubica en la región de los grandes lagos de África Oriental. Limita con países como Ruanda al norte, Tanzania al sur y este y la República Democrática del Congo al oeste. Con 10,5 millones de habitantes se trata de un país sin salida al mar en el que la agricultura es uno de los motores de su economía. En este artículo os contaremos el surgimiento del café en el país así como las características de su producción y granos. Vamos allá.

Una aparición tardía

Los primeros cafetos son traídos por los colonos belgas a principios de 1930. Su cultivo estaba destinado a cubrir la demanda de café europea tanto en el viejo continente como en otras colonias. Burundi era una colonia holandesa y todo el cultivo de café quedaba en manos del gobierno. Treinta años después, el país obtiene su independencia (1962) y el cultivo de café se privatiza eliminando así el control del gobierno quien únicamente podía intervenir por razones de investigación y control de precios. En este momento de grandes cambios, la producción de café cae drásticamente pues los burundeses consideraban este cultivo como impuesto por el antiguo gobierno holandés. Durante tres décadas muchos cafetos fueron abandonados o directamente arrancados originándose unas décadas de desamparo de la caficultura en el país.

A finales del siglo XX, en 1997, dentro de la guerra civil de Burundi (1993-2005), el estado deja de tener control sobre la producción de café de forma total. En este momento aparecen nuevas empresas, tanto públicas como privadas que consiguen hacer resurgir la caficultura burundesa. Esto fue gracias a la inversión, mejoras en las técnicas de cultivo y procesado y el control de la calidad. Inspirados por el nuevo siglo y el éxito del café de su país vecino Ruanda, el café burundés consigue revivir y consolidarse. Tanto es así que hoy en día el café es cultivo número uno en exportaciones de este país centroafricano además de haber jugado un papel importante en la consolidación del país.

Características

A pesar de su baja producción en comparación con otros orígenes africanos (aproximadamente 200.000 sacos de producción anual), el café supone un 65% de las exportaciones del país. Su territorio cumple con los requisitos perfectos para el cultivo del cafeto. La zona de África oriental es mundialmente reconocida por la calidad de sus granos, Burundi también. Una gran altitud, suelo de origen volcánico en muchas de sus zonas y un clima más que favorable consiguen producir granos de alta calidad en cada cosecha. Desde 2010, la producción de café de especialidad va en aumento puesto que los orígenes únicos burundeses han alcanzado altos puntajes y eso ha tenido una repercusión en los mercados mundiales.

La variedad que principalmente se cultiva en el país es la Bourbon, tanto rojo como amarillo y naranja. Son aproximadamente un 80% de los cafetos cultivados en el país. Es una variedad muy presente en países como Ruanda y Burundi debido a que sus grandes alturas y suelos volcánicos ricos en nitrógeno resaltan sus características dulces y su gran cuerpo. Al igual que en Kenia, los cafés burundeses se someten a un proceso de doble fermentación en mojado. En primera lugar se deja fermentar en remojo entre 12 a 24 horas para después realizar una segunda fermentación sumergiendo los granos hasta 24 horas. Este proceso persigue enriquecer la variedad de sabores y características de los granos.

En cuanto al cultivo, se lleva a cabo mediante pequeños agricultores y fincas de reducido tamaño. Entre 50 y 250 cafetos por caficultor aproximadamente. Esto, a pesar de ser una desventaja económica, consigue un café cuidado y de alta calidad. Todo el café recolectado en Burundi es cosechado a mano y secado en parihuelas elevadas (camas africanas).

Las mayores regiones cafetaleras se concentran en el norte y el centro del país, Kayanza, Ngozi, Gitega, Muyinga, Bubanza y Kirundo, aunque en el sur, por ejemplo, es fácil encontrar fincas con buen café en cantidades más pequeñas.

Burundi es un ejemplo más de cómo el cultivo del café puede llegar a impulsar la economía de un país. El cultivo de esta planta supone un sustento económico vital para muchos habitantes además que proporciona estabilidad.