Si te gusta empezar tus mañanas con un café hecho con esa moka que tanto tiempo lleva contigo pero quieres. O por el contrario quieres intentar hacer alguna receta nueva con ella para darle más «vidilla» a tu repertorio de café, a continuación os vamos a mostrar algunos trucos para mejorar las tazas en esta sencilla cafetera así como una receta.

Muele tus propios granos

Si estas familiarizado con el mundo del café de especialidad probablemente ya tengas claro este primer consejo. Un café fresco y recién molido tiene poderes mágicos por las mañanas.

Para una cafetera italiana no es necesario que los granos se muelan de manera muy fina como se recomienda para una cafetera espresso. Para extraer todos los matices de la mejor forma posible recomendamos que muelas el café como si fuese sal gruesa. De esta forma, el agua que asciende por la presión producida por el calor podrá atravesar el café alojado en el filtro de una forma más sencilla.

Si el café estuviese demasiado molido, se formaría una suerte de textura fangosa en el café molido y el agua no seria capaz de pasar a través. Estas cafeteras son capaces de producir un bar de presión frente a los 9 bares de una cafetera espresso.

Lo justo de calor

Este consejo se dirige principalmente a quiénes preparen el café usando fuego directo como fuente de calor, sin embargo también es recomendable si utilizas otras formas como vitrocerámica. Este consejo se basa en evitar el contacto del café molido con el calor más de lo necesario para su extracción. Dejaremos el depósito del agua (que llenaremos hasta la válvula) sobre el fuego alto hasta que el agua comience a hervir, una vez suceda apartaremos el depósito del agua con un trapo para introducir el filtro con el café molido y la parte superior. Una vez ensamblada todas las piezas volveremos a poner la moka al fuego, esta vez el fuego será bajo. Haciendo esto evitaremos que el sabor del café pueda verse alterado al estar mucho tiempo en contacto con el calor. Conseguiremos sabores más dulces en vez de notas amargas y astringentes.

Sin presiones

Las mokas funcionan por un proceso llamado percolación, esto significa que mediante el calor y el agua cambia su estado a gaseoso y esto crea presión dentro. Gracias a esta presión el agua caliente sube hasta el compartimento superior atravesando el filtro con café e infusionándose con este. Ahora bien, para conseguir el mejor café posible tenemos que facilitar que esto suceda, una forma es la que hemos explicado anteriormente con el tipo de molienda. Por otro lado, es importante no presionar el café molido contra el filtro de café y compactarlo. No queremos esto. Lo aconsejable es introducir el café en el filtro y con ligeros golpecitos en la pieza distribuir el café por todo el filtro. Una forma de comprobar si el café se ha preparado de forma fluida y sin complicaciones de este estilo consiste en dejar la tapa abierta y ver como salen las primeras gotas sobre la parte inferior. Si el café sale a trompicones y produciendo burbujas significa que no ha podido subir de forma deseable porque el filtro estaba muy apretado o el café molido de manera muy fina. Lo que queremos que se el flujo de café que sale sea constante y relajado hasta el burbujeo final donde tendremos que bajar la tapa para no poner perdida la cocina.

Café Cubano.

Esta es la forma en la que tradicionalmente preparan el café en las casas cubanas. Para ella únicamente necesitaremos añadir tantas cucharadas de azúcar moreno por cada taza que se vaya a preparar. Gracias a esto obtenemos un café con una crema poco frecuente en las preparaciones con moka.