El aprovechamiento de los restos del café tostado, «los posos» como los conocemos en España, es un tema muy popular y aparecen nuevos usos casi diariamente. Hoy cambiaremos el enfoque y nos centraremos en los usos que pueden darse a los restos que se generan de la recolección y el procesado del café. Son muchas las atribuciones que se le pueden dar a elementos como la cáscara del café tras su procesado. Vamos con ello.
La cascarilla del café
La cascarilla supone la parte que envuelve al grano inmediatamente después de la capa mucilaginosa, esta parte representa un 12% del total del grano. La cascarilla es uno de los residuos más estudiados para un posterior utilizamiento en otros propósitos. Se compone de lignina, celulosa, pentosanos, sílice y cenizas y cuenta con propiedades higrotérmicas (capacidad de mantener el calor) por lo que resulta idónea para la fabricación de materiales para construcción. Materiales como paneles aislantes de sonido y calor entre otros.
Debido a su alto contenido en polifenoles, la cascarilla puede ser utilizada como inhibidor de la corrosión en el acero, para alcanzar este propósito, conviene mezclarla con ácido sulfúrico para obtener un compuesto con un 98% de efectividad.
En el terreno de la salud, la cascarilla del café también resulta útil. Cuenta con enzimas reguladoras de la glucosa por lo que puede ser beneficiosa para tratamientos a pacientes con diabetes. Por su alto contenido en cafeína puede ser apropiada en usos como la creación de antiinflamatorios o reguladores de la obesidad.
El mucílago
El mesocarpio o mucílago se encuentra ubicado entre el pergamino y la pulpa de cada grano, supone el 22% de la composición total del grano. Esta capa no contiene cafeína, es rica en azúcares como la glucosa y sacarosa. Al contar con estas características, una de las principales funciones que se le da al mucílago es la de sustitutivo de ingredientes para la creación de alimentación en animales como cerdos, vacas y otros rumiantes. Tras su implantación se han conseguido resultados exitosos al añadir más del 71% de mucílago en lugar de endulzantes como la melaza.
Por otro lado, el mucílago junto con la pulpa pueden ser empleados en la generación de metano sometiéndolos a procesos anaeróbicos, también en la producción de biohidrógeno con altos rendimientos. El biohidrógeno es un biocombustible a partir de sustancias y desechos orgánicos que logra un impacto positivo en el medio ambiente.
Pergamino
El pergamino está compuesto por hemicelulosa, celulosa cenizas y lignina. Dada su alta concentración en lignina, puede ser de relevante utilidad como antifúngico para la protección de alimentos o plantas. Esta es por el momento su única utilidad segura, en la actualidad se están estudiando otras aplicaciones. El pergamino puro en ciertas dosis puede ser tóxico por lo que se continúa la labor científica para encontrar nuevas funcionalidades.
Pulpa
Tras su procesado, la pulpa contiene polifenoles al igual que otras de las partes del grano. En esta parte se concentra una cantidad mayor debido al tiempo y a la temperatura que sufren mediante el método de procesado. La pulpa puede ser de mucha utilidad como materia prima en productos para el control o la reducción de la obesidad.
En la industria alimentaria, la pulpa cuenta con cierta utilidad en la fabricación de zumos, mermeladas y en la elaboración de algunas harinas.
Por último, también puede emplearse en la fabricación artesanal de papel amate, este papel que lleva fabricándose cientos de años se sigue utilizando en la elaboración de obras artísticas más comunes en la zona de Mesoamérica.
Referencias
W. Urrego-Yepes, M. Godoy Pernalete “Revisión – Aprovechamiento de los residuos de la agroindustria del café en la elaboración de materiales compuestos de matriz polimérica”, Prospectiva, Vol 19, N° 2, 2021.