El cambio climático es una realidad innegable a día de hoy. Esta realidad afecta a todos los ámbitos de nuestra vida. El café no queda fuera de las nuevas condiciones climáticas a las que nos enfrentamos. En el artículo de hoy queremos poner el foco a la repercusión que tiene el calentamiento global en la producción y calidad del café de especialidad.

El incremento de las temperaturas

A medida que las temperaturas medias aumentan, muchas zonas de cultivo están viéndose afectadas. Estudios científicos pronostican que para el año 2050, la mitad de los terrenos cultivables se verán negados o afectados. En cuanto al café de especialidad, muchas de las zonas de cultivo en las que se encuentran características climáticas perfectas para una maduración lenta se perderán. A su vez un aumento de las temperaturas favorecerá una pronta maduración de las cerezas. Esto, para el café comercial puede llegar a ser una ventaja pero en este mundo en el que cada detalle afecta a la taza final es una gran pérdida.

Redistribución de las zonas cultivables

Esto es simple, el deshielo de los polos provocado por el aumento de las temperaturas hará que el nivel del mar incremente gradualmente. Por este motivo las zonas cultivables de café sufrirán una transformación. En un futuro zonas que anteriormente eran consideradas de mucha altura sobre el nivel del mar serán escenarios propicios para el cultivo. Hablamos de altiudes superiores a los 2.100 metros sobre le nivel del mar. Este suceso será muy negativo para algunos de los mayores productores de café a nivel mundial, como Brasil, donde podemos encontrar cultivos a 800 metros sobre el nivel del mar. Por otro lado, quizá surjan nuevos orígenes cafeteros, países cuya orografía de gran altitud puedan reunir las características adecuadas para cultivar café de calidad.

Aparición de plagas

El aumento de las temperaturas globales también incide al café favoreciendo la presencia de enfermedades y plagas como es el ejemplo de la roya. Se trata de un hongo conocido como Hemileia vastratrix, una vez invadido un cafeto, la roya comienza marchitando las hojas hasta alcanzar el tallo. Este hongo lleva siendo un problema para los caficultores desde hace más de 100 años. Con el incremento de las temperaturas globales su propagación y aparición se han acentuado hasta suponer uno de las principales amenzadas a los cultivos de muchas familias y cooperativas. En la cosecha de 2012-2013 la roya causó  estragos en Centroamérica, por motivos como el calentamiento global y la escasez económica de los productores, países como Honduras, Costa Rica y Guatemala se vieron forzados a declarar el estado de emergencia.

La solución colombiana

Desde el Cenicafe (Centro de Investigación Científica Sobre el Café) lanzado por al Federación Nacional de Cafeteros colombiana  llevan desde los años 70 buscando alguna solución hacia la realidad a la que estamos introduciéndonos. Como ya sabemos, el café arábica es una especie vulnerable y que requiere unos cuidados muy determinados. Por este motivo la investigación se centró en hibridar dos especies para obtener una resultante entre un cruce de arábica y canephora (robusta). En los años 80, el Cenicafe dio con su primera variedad, el Cenicafe 1. Esta variedad conjuga una variedad de Caturra con una de Timor. Con esto se obtuvo una variedad capaz de resistir a la roya gracias a sus características originarias del robusta sin perder su sabor rico en detalles.

A día de hoy siguen apareciendo variedades híbridas que se adaptan a las nuevas realidades. La hibridación busca la adaptación de de las variedades a las nuevas necesidades que surgen en términos de producción, características y clima.