Seguro que si has investigado un poco sobre café por internet has llegado a leer el término  «café de sombra». Este método de cultivo cuenta con grandes beneficios y en el artículo de hoy vamos a arrojar algo de luz sobre este concepto. Y es que el cultivo a la sombra permite al caficultor obtener unos frutos de mayor calidad mientras que su labor tiene un impacto mucho menor que en otro tipo de cafetales extensivos.

Un grano de mayor calidad

El café arábica se descubre en los bosques montañosos de Etiopía, y es que esta planta precisa de un clima templado y húmero para desarrollar su potencial al máximo.

Un cultivo en sombra, otorgada por la presencia de otros árboles y plantas circundantes, ayuda a los cafetos a desarrollar mejores frutos. Y es que, según estudios realizados, bajo la sombra de los árboles se crea un microclima donde se reduce entre 4º y 5º en altitudes menores a los 700 metros sobre el nivel del mar. En aquellas por encima a los 1.100 metros sobre el nivel del mar, la temperatura decrece en torno a los 2º. Si además de esto, sumamos a la ecuación un suelo más fértil en micronutrientes debido a la escasa erosión del agua y una menor incidencia solar, obtenemos como resultado un fruto de mayor calidad.

Los granos en sombra crecen de media 4 semanas más lentamente que unos cultivados con exposición solar plena. Estas semanas de más, pueden ser definitivas en el desarrollo de una mejor composición bioquímica así como acidez y otras propiedades organolépticas.

Diversidad en la producción

En un cafetal en sombra, también hay cabida para el cultivo de otras plantas. Otras especies también pueden suponer un aliciente económico para el productor ayudando así a variar la fuente de su sustento. Y es que mantener especies autóctonas sean del tipo que sean favorecerá la conservación de la biodiversidad y el hábitat de muchos animales e insectos. En algunos lugares de Centroamérica, por ejemplo, el cultivo de café comparte sustrato con árboles del cacao, plantas florales e incluso de especias autóctonas.

Sigue la lógica medioambiental

Bien es cierto que el cultivo en grandes explotaciones al sol es más productivo, el coste de esta productividad es un impacto nefasto al medioambiente. Los grandes cafetales destinados a la producción de café comercial necesitan ser tratados con productos químicos como fertilizantes y pesticidas que se filtran en la tierra y pueden llegar a contaminar acuíferos naturales y el propio suelo.

El cultivo en pequeñas producciones de la forma más artesanal y equilibrada es una de las principales premisas del café de especialidad.  Se trata de no alterar el equilibrio natural para poder disfrutar de los mejores granos de café.

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