Las cápsulas de café se han convertido en un fenómeno a nivel mundial, actualmente suponen un método de elaboración de café muy presente en casas y negocios. Introducir una cápsula dentro de la máquina y poner tu taza debajo para comenzar tu día, tan fácil como eso. Su presencia en el mercado se encuentra ya establecida dando lugar a una amplísima variedad de cafés y formatos de cápsulas diferentes. Los hay incluso con leche en polvo para preparar una bebida en un solo movimiento. Puesto que no es oro todo lo que brilla hoy os queremos comentar algunas características de éstas pequeñas cápsulas.
Una escasa calidad.
Como ya hemos hablado en artículos anteriores, el café comercial se tuesta en grandísimas cantidades sin reparar en las características de los distintos varietales que se mezclan en las máquinas. Esto da lugar a una taza con un sabor muy regular (generalmente un sabor muy intenso y amargo debido al alto tueste). Para los consumidores de café que no buscan sacar el máximo partido a cada taza y por el contrario, buscan un café con el mismo sabor día a día esto es un factor positivo. Desde Specialty Coffe Magazine entendemos que hay días en los que no tenemos el tiempo suficiente o queremos disfrutar de un café fácilmente. Si lo que buscas es un «chute de cafeína» para empezar tu día y nada más es una opción adecuada para ti.
El café de especialidad ha intentado adaptarse a la nueva cultura del café en cápsula, hoy en día podemos encontrar microtostadores que cuentan con una línea de cápsulas. Mantener la calidad propia de un café de especialidad en cápsulas es complicado puesto que el café molido encapsulado va deteriorándose a una velocidad mayor frente al café en grano.
El impacto en el medio ambiente.
Algunas curiosidades sobre las cápsulas.
En España se consumen unas 40.000 toneladas de cápsulas de café al año. Es un producto tan consumido que incluso figura en la lista del IPC cada año.
En la ciudad de Hamburgo, las cápsulas monodosis están prohibidas, esto se debe a los materiales con los que están hechas las cápsulas y su gran componente contaminante. En declaraciones de Jan Dube, miembro del Departamento de Medioambiente del Ayuntamiento de Hamburgo:
“Las cápsulas de café requieren innecesarios recursos para su fabricación y generan excesivos desechos. No pueden reciclarse fácilmente porque mezclan plástico y aluminio. Son 6 gramos de café y 3 gramos de envoltorio. Es un derroche. Por eso en Hamburgo creemos que este producto no debe ser pagado con los impuestos de los ciudadanos”
Para aquellos que no quieren renunciar a las cápsulas pero buscan reducir su impacto ambiental, existen cápsulas reutilizables. Estas cápsulas suelen estar hechas de materiales duraderos y funcionan de la misma forma que las convencionales, a diferencia de que tras un café deberás vaciar y volver a rellenar posteriormente.