Sin lugar a dudas, una de las principales barreras para aquellos interesados en comenzar con el café de especialidad es su precio. ¿Cómo es posible que haya una diferencia de precios tan marcada entre el café comercial de supermercado y un café de especialidad? A continuación, os mostraremos los motivos que le dan valor a estas semillas. Para ello lo haremos de la mejor forma posible, observando desde el origen.
100% Arábica.
El primer factor es sencillo, la totalidad de café de especialidad cultivado y comercializado es de la variedad arábica. Con la salvedad de algunos cafés robusta (canéfora) de especialidad, se selecciona y cultiva esta variedad por su mayor calidad en sabor, dulzura y mejor acidez percibida en taza.
En su cultivo, el café arábica requiere de unas condiciones climatológicas muy concretas y una altitud mayor que la variedad robusta. Todas estas exigencias consiguen un café con un perfil organoléptico mucho más completo con sabores frutales, achocolatados o a frutos secos, entre otros.
Artesanía en la producción.
A diferencia del café comercial, la producción y recolección del café de especialidad no se encuentra mecanizada. Esto es mucho más laborioso para el caficultor, hay orígenes a mucha altitud y en zonas con una orografía muy acentuada en las que la recolección se realiza a mano. Las cerezas (así se conoce al fruto del café) son recolectadas en su punto óptimo de maduración por lo que muchas cosechas precisan de más de una recolección. Una vez las cerezas han sido recolectadas se deben procesar siguiendo métodos tradicionales y sobre todo, involucrando a un mayor número de personas en la cadena. Este motivo se ve afectado en el precio final de la misma forma.
Relación directa entre el caficultor y el tostador.
Cuando compramos café de especialidad, habitualmente lo compramos a un tostadero. El café también se puede comprar en verde para tostarlo uno mismo pero el tueste es un proceso que mejor dejar a un profesional si no se domina.
Los tostaderos mantienen relaciones directas con los proveedores de café verde, de esta forma la trazabilidad del café no se altera. Actuar de esta forma es beneficioso para todas las partes, el caficultor recibe un trato más justo por su producción. El tostador consigue un café en verde cuya procedencia tiene totalmente controlada y el cliente obtiene un producto final increíble.