Se dice que en cada casa hay una cafetera italiana. Es indiscutible que este modelo de cafetera ha traspasado todas las fronteras y generaciones desde su invención. Y es que en cada lugar del mundo recibe su propio nombre y ha sido el actor principal de los desayunos, vivencias y conversaciones de muchísima gente.
En el artículo de hoy vamos a repasar su historia así como la de su inventor, Alfonso Bialetti. Desde la redacción te invitamos a que te prepares una taza de café y descubras esta ingeniosa cafetera.
Origen e historia
Alfonso Bialetti, un ingeniero italiano diseñó en 1933 uno de los artilugios más emblemáticos de la cultura cafetera a nivel mundial. Alfonso tenía una fundición y fábrica de aluminio en Crusinallo, en la región del Piamonte. Un día observó a una mujer hacer la colada en una máquina que utilizaba el calor para hacer subir la lejía por un tubo y así conseguir una ropa más limpia. Esto fue el inicio de la creación de un producto que ha sobrevivido a 89 años en los que han sucedido guerras y grandes cambios sociales, qué decir del siglo XX.
La cafetera toma el nombre de Moca o Moka por la ciudad yemení que fue el principal mercado de café durante los siglos XV y XVIII. En 1933 el primer diseño de cafetera ve la luz y supone un éxito entre los italianos, una población con una economía azotada por la guerra y los desequilibrios económicos. Los italianos que ya no podían visitar un bar para así disfrutar de un espresso encontraron en la Moka una solución más económica. Una cafetera de aluminio con un diseño simple y compuesta de tres partes. Sencillez y funcionalidad, nada más que eso.
El agua caliente se presuriza gracias al vapor en la caldera y sube, en medio se encuentra el filtro con café molido. El paso del agua caliente y la presión consiguen una extracción del café y pasando a la cámara superior. Un proceso más complejo de lo que parece que se basa en la percolación.
Una cafetera contagiosa
En los años 50, Italia vive un boom económico y la demanda explotó al ver que estas máquinas podían emular a una máquina espresso propias de un bar. Además, demostró ser un enorme éxito comercial. Según Tristan Stephenson en su libro The Curious Barista’s Guide to Coffee“, en poco más de diez años, el ‘Express’(modelo de cafetera) vendió 20 millones de unidades”. Esto coincidió con que el consumo doméstico de café se duplicó entre 1955 y 1970 En la actualidad, Bialetti afirma que su cafetera moka se encuentra en nueve de cada diez hogares en Italia.
El aumento y promoción de la cultura del espresso por Europa favoreció la adopción del modelo Express en países del viejo continente. Sumado a esto, el uso de un material accesible económicamente como es el aluminio favoreció su difusión en tiempos caracterizados por la inestabilidad económica de posguerra. Otro factor importante fueron las colonias de emigrantes italianos quienes habían abandonado su país huyendo de la Segunda Guerra Mundial y ayudaron a adoptar esta forma de consumir café en países del continente americano.
Su impacto
Pasaron los años y la cafetera italiana, ese diseño octogonal característico del Art Deco, continuó viviendo unas prósperas décadas. No fue hasta la entrada del nuevo milenio que la empresa empezó a conocer nuevas amenazas empresariales. La aparición de máquinas monodosis de café supuso un duro golpe para el grupo Bialetti. La aparición de unas máquinas eléctricas que producían una bebida con un sabor aceptable de manera sencilla y rápida marcó un antes y un después en la compañía.
Además, la popularización de marcas de cafeterías franquiciadas marcó unas nuevas líneas en el consumo de café, mucho más callejero y estético. A pesar de este panorama, la empresa sigue con vida actualmente y continúan produciendo sus modelos más emblemáticos para el disfrute de los amantes del café.