Tomar un  café  para algunos puede ser un acto  trivial, para otros un estricto ritual e incluso puede ser parte de una rutina que, si no se lleva a cabo,  puede comprometer el resto del día. Por este motivo, acciones como la del café pendiente resultan brillantes a la vez que simples.

¿En qué consiste?

En Nápoles existe una tradición presente en todas las cafeterías, el café pendiente. Esto es muy simple, un cliente pide un café y al acabar paga el precio de su bebida y además el correspondiente a uno o varios más. De esta forma la gente que no disponga de los recursos suficientes para poder pedir un café en un bar pueden preguntar por el café pendiente y así disfrutar de uno. Esto se trata de un gesto muy sencillo y simple que puede cambiar el día de alguien. Se dice que esta costumbre se originó cuando un obrero tenía algo que celebrar pagaba su café y un “café sopesso” para la persona que no pudiese. 

Algunas ideas de su origen

Existen diversas teorías en base al surgimiento de esta amable costumbre, mucha gente cree que se originó tras la Segunda Guerra Mundial y el deterioro económico que trajo consigo. Cuando algún napolitano disponía de medios para tomar un café, comenzó a popularizarse el hecho de dejar otro pagado para aquellos que no dispusiesen de estos medios. 

Por otro lado, también se cree que esta tradición surge de las habituales discusiones por quién paga la cuenta entre grupos de amigos y conocidos. Y es que el origen de esta tradición queda en segundo plano cuando se mantiene con vida a diario.

Se ha extendido como la pólvora

Un pequeño acto anónimo de filantropía ha conseguido expandirse a otras ciudades del mundo como por ejemplo en la ciudad de Río Cuarto de la provincia de Córdoba, Argentina en la que esta costumbre de dejar un café pago para alguien que no disponga de recursos suficientes.

En Chile también ha provocado un impacto positivo, 3 jóvenes diseñadores buscan crear la versión chilena, esta vez de manera más global gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías. Para ello se hacen con el dominio “cafépendiente.cl” y crean páginas en Facebook y Twitter con la finalidad de extender una práctica para que llegue al mayor número de gente posible.