Hoy os traemos tres mitos sobre la aparición del café, tres mitos de distintas culturas que trataban de explicar el fenómeno del primer tueste de una semilla de cafeto. La mitología nos acerca a las distintas culturas pasadas y se hacían servir para dar explicación a fenómenos y situaciones no comprendidas por aquel entonces.
Mitología griega
Según la mitología griega, el café se descubrió gracias al dios Zeus quien una vez se perdió en el Trópico. Un día, Zeus tuvo un sueño, en él aparecía una mujer con cabellos negros y una piel morena que desprendía una fragancia cautivante sin igual. Esta fragancia era entre dulce y amarga, nunca había olido nada similar. Cuando despertó, lo hizo al lado de un árbol que desprendía este aroma tan especial. Zeus decidió llamar a este árbol «cafeto». La mujer que presenció el dios en su sueño no era ni más ni menos que la diosa Bistrea, la diosa del café. A partir de ese momento Bistrea se dedicaría a plantar cafetos en el Olimpo y servirlos en forma de bebida.
Cultura musulmana
Esta leyenda islámica comienza con el profeta Mahoma, quien estaba exhausto postrado en una cama. Se sentía apenado e intranquilo por la indolencia del ser humano al verse incapaz de resolver todos los problemas de estos. Alá, consciente de la difícil situación que atravesaba Mahoma quiso ayudarle y para ello mandó al Arcángel Gabriel con una regalo para que le diera energía y le revitalizase. Este regalo era una vasija con café en su interior, describió esta bebida así: «negra, como la piedra de la Kaaba» . Una vez Mahoma probó el café de la vasija, se sintió recuperado y energizado. Mahoma denominó a esta bebida «Qahwa» que significa energético, fuerte y vigorizador.
Kaffa, sudoeste de Etiopía
Esta es la leyenda más popular que suscribe el origen de una de las bebidas más populares del mundo. Toma lugar en Kaffa, antigua provincia de sudoeste etíope. Se encontraba un pastor llamado Kaldi paseando su rebaño cerca de la ladera de las montañas cuando un día sus cabras se perdieron. Tras buscarlas con esmero dio con ellas en una zona de la ladera muy fértil, a diferencia del del resto del paisaje. Vio como sus cabras comían unos frutos rojos y tras un rato comenzaban a correr por la hierba y dar saltos muy energizadas. Kaldi atemorizado por el suceso, recogió unas cuantas semillas y decidió entregárselas al abad de un convento para que intentase hallar una respuesta a semejante fenómeno. Una vez en el convento, el abad decidió cocinar las cerezas y probar el resultado, su experimento le supo amargo y desagradable. Iracundo, lanzó el mejunje al fuego. Tras unos minutos, en la habitación se impregnó un aroma nunca antes percibido naciendo así el café tostado.
La introducción del café no siempre fue fácil
En algunos lugares, la aparición de esta bebida no fue concebida como un descubrimiento positivo, todo lo contrario. En la Rusia zarista el café estuvo prohibido bajo graves penas por el gobierno. Se decía que cuando hallaban a alguien con una crisis nerviosa se atribuía al al consumo de esta bebida, esta situación de claro desconocimiento persistió hasta bien entrado el siglo XIX en algunas partes del norte de Europa
En Italia la introducción de la bebida no fue tan trágica, no por ello dejó de causar revuelo. En la sociedad italiana existía la controversia sobre si era lícito o no permitir a los papas el consumo de café pues venía de la cultura árabe. Fue el papa Clemente VIII quien se dignó a probar la bebida y emitir su juicio, tras esto anunció:» Esta bebida de Satanás es tan deliciosa, que sería una lástima dejar a los infieles la exclusiva de su uso. Vamos a chasquear a Satanás bautizándola y así haremos de ella una bebida auténticamente cristiana».
Todos estos mitos y leyendas pueden o no ser ciertos, para nosotros esto no es relevante. Estos relatos constatan la presencia del café en la antigüedad y no se puede negar que no son entretenidas de leer. ¿No crees?